Se está acabando el día
y van
llegando los momentos
de
evaluar los aciertos,
de
cesar en las porfías.
La
mente, acunada en los silencios,
en las
oscuras sombras de mi noche
Recita
incesante las palabras
que no
supo decir durante el día,
las
ideas brillantes que no supo captar
deslumbrada
por la luz y los sonidos, y prepara
con
contumaz olvido los encuentros,
los
proyectos que una nueva luz le pueda deparar.
Todo
está tan claro en el silencio,
la
rabia de las traiciones,
la
fluidez de las conversaciones,
el
asentimiento impuesto del contrario,
la
falacia reconocida de sus motivos
y
algunas veces el sueño.
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