domingo, 8 de julio de 2012

Discurso Nocturno (2-2001)


Se  está acabando el día
y van llegando los momentos
de evaluar los aciertos,
de cesar en las porfías.

La mente, acunada en los silencios,
en las oscuras sombras de mi noche
Recita incesante las palabras
que no supo decir durante el día,
las ideas brillantes que no supo captar
deslumbrada por la luz y los sonidos, y prepara
con contumaz olvido los encuentros,
los proyectos que una nueva luz le pueda deparar.
Todo está tan claro en el silencio,
la rabia de las traiciones,
la fluidez de las conversaciones,
el asentimiento impuesto del contrario,
la falacia reconocida de sus motivos
y algunas veces el sueño.

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