Rige el
color que la vida elige
Y al
resplandor la vida centellea.
No hay
nada que el fuego ilumine
Que
pueda mantener su forma proyectada.
Las
sombras en los muros, sorprendidas,
Bailan
al son que la luz les marca.
Pasa la
vida bailando asombrada
Y con
asombro se despeña acabada,
Efímera
sombra a la luz iluminada
Sin
llegar a tener cuerpo, ni sustancia.
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