Aún en la distancia con que el tiempo nos separa,
la presencia se acomoda,
se abre paso suavemente,
más que empujar se insinúa,
sin transición se hace consciencia, blanda y resistente,
con una textura de sombra, se asoma a todos los
pensamientos.
Después, sin prisa, va cogiendo cuerpo y presencia
y finalmente te obsesiona.
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