Se levantan señuelos corporativos de cálidos
colores, de inflamadas arengas y fáciles ideas que arrastran a los débiles
mentales hasta las recónditas guaridas del rencor y la bovinez altiva de seguir
a los líderes al abrigo de las masas.
Álzate
individuo, pregúntate hasta donde llega todo lo que te enseñan, que te pueden
aportar las consignas, que fin persiguen las leyes, que ocultan las arengas,
como de profundo es el frío del calor que te aporta la masa. Ni dios, ni patria,
ni partido, álzate individuo, tu eres la única esperanza de una sociedad
inmoral y vencida sin que haya vencedor.
Coge el testigo que la sociedad te ha
escamoteado en aras de un orden que siempre tuvo la finalidad de esconderte, de
aniquilarte, de impedir que pudieras sacar tu libre albedrío, leyes que te
atemorizaran, patrias que te enfrentaran, dioses que persiguieran tu libertad
hasta mas allá de la vida. Solo se alcanza la libertad por el sometimiento,
solo la felicidad por el acatamiento, solo la identidad por la pertenencia.
Retrepado en la comodidad de su falta de identidad, en su policefalia ignorada
el poder real te ha aplastado desde que caímos en el sedentarismo.
Pero ya va siendo hora, ya va siendo el
momento, por eso digo esto sin gritar, sin levantar ninguna insignia, sin
agitar ninguna consigna, al oído de cada uno, como una palabra de amor, sin
exigir, sin requerir, sin pretender convencer. Es la hora, la mañana debe
comenzar, despierta, vamos a ser felices. Libertad individual. Para ser feliz o
desgraciado, destructivo o constructor, solidario o individualista.
Libertad.
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