Guardiana
del tiempo y la memoria,
La
mente va guardando en sus alforjas
Los
momentos, las personas,
Las
vivencias ocurridas y aun otras
Que
después recordamos como propias.
Más
tarde nos devuelve sus historias
Revestidas
de anhelo, de congojas,
Intentando
que vivamos en sus carnes
Los
amores, las victorias, las derrotas,
Pero el
tiempo no nos deja mas que copias.
Unas
ciertas, falsas otras,
Aunque
ella nos apure con apremio
A creer
que fuimos todas.
Sueños,
fantasías y mentiras
Vuelven
hasta nosotros sin crearnos paradojas
Y nos
dejan el regusto de haber sido otra persona.
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