lunes, 23 de julio de 2012

Destino (La Guardia, 08-2000)


Limitado a la molicie, abandonado el pensamiento
Navego la corriente tal como me lleva
Y su vaivén me duerme y su rumor me ensueña.
Ni giro los recovecos que su curso dispone,
Ni pienso en el tiempo que su discurrir me impone.
Solo un leve balanceo,
Solo un frondoso cantar que me acomoda.
No pienso porque me navegan
Y en el lento, en el alto, en el remansado transcurrir
me abandono.

No es de mi incumbencia mi destino
Pues no puedo adivinar su recorrido,
Ni cambiarlo, ni invertirlo.
Cuando las aguas confluyan, confluiremos,
Cuando el curso finalice su camino, moriremos
Y en el cielo, en las nubes, navegando
Habremos de esperar otro camino.
Seguiremos su curso nuevamente,
Una gota más en un torrente
Sin esperar jamas, sin ni siquiera imaginar,
Que pudiera haber un último camino

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