Mañana a la mañana
mi mano paseará por tu contorno,
caliente tu cuerpo aún de sueño,
buscando tus pechos, impaciente,
aferrándome a ellos
con el tacto y el apremio que provee mi deseo
pellizcando los pezones un apenas,
y un apenas deteniendo mi paseo.
Seguirán mis manos buscándote entre velos,
de tela unos, otros de sueño,
deseando mas a cada instante,
un contacto mas directo,
y deslizándose buscará el borde de tu atuendo.
Como buscará tu boca
que tu hurtarás insegura de tu aliento.
Y una vez conquistada tu piel,
piel con piel,
buscará de nuevo los lugares, nerviosa y suave.
Remontando el ombligo de nuevo tus pechos
y cerniendo el vuelo, bajando pausado,
acechando la presa como un carnicero
bajara mi mano buscando tu Venus,
y entre rizos que enreden mis dedos
acariciaré tu sexo, aun tibio, pero ya dispuesto.
Mi sofoco jadeara en tu oído todo mi deseo
queriendo arrancarte al fin de tu sueño,
y poco a poco, como sin quererlo,
de los de Morfeo pasaras hasta mis brazos con el ultimo bostezo,
y el tuyo y el mío, se harán un solo cuerpo.
(II)
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