sábado, 1 de septiembre de 2012

Fábula del Mosquito


Un mosquito impertinente
Estaba posado un día
Entre un grupo de oyentes
Y a todos ellos decía,
Mas ufano que valiente,
Como molestaba al paciente
Con su sin par gallardía.

Estaba en un momento lanzado
Y ante el público extasiado
Contaba de sus andanzas
Volando entre las gentes,
Y aderezadas con chanzas
Como hazañas sin precedentes
Explicaba las acechanzas
Y las picaduras hirientes

Contaba como las manos
Pasaban junto a sus alas
Que zumbando lo elevaban
Y buscaban ya por las malas
Hallarlo donde ya no estaba
Y se reía el cretino
Burlándose de los heridos
Sin explicar que dormidos
Por su suerte para su destino
Ni lo sentían
Ni lo buscaban.

Y fue tal la algarabía
Del grupo de mequetrefes
Que haciendo más ruido que nueces
Turbaron sin pretenderlo
A un labriego que dormía.

Y en un gesto indiferente
Sin intención y sin guía
El hombre movió la mano
La mano movió una fuente
La fuente hizo un extraño
Y en un instante caía
Y al cabo del movimiento
De donde el ruido venía
Solo quedó permanente
La mancha de una sangría.



Moraleja:

Mosquitos que vais por la vida
Disfrutando el mal ajeno,
Mosquitos que confundís
Lo divertido y lo bueno,
Mosquitos de trompa afilada
Chulos, mentirosos, huecos,
Mosquitos de moral cegada
Que presumís de molestos
Y haceis del daño una fiesta
Sin reparar en el duelo
Tened precaución con las siestas
Y el excesivo revuelo

No siempre el que más grita,
es más fuerte ni valiente,
solo abusa del paciente,
que mientras no lo aplasta, lo evita

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