A pesar de los muchos años que marcan el
tiempo transcurrido desde mi nacimiento solo soy un niño, parido durante nuestro primer encuentro y cuya vida
solo cuenta las horas transcurridas a tu lado, los momentos en que imagino estarlo,
los instantes de despedida, los postreros del recuerdo, algún atisbo de sueño
en que te encuentro. Lo demás es la nada, el vacío, el silencio.
Pero estás a menudo tan lejos, es tan
poco el tiempo, para ti compartido para mi pleno, que temo morir sin llegar a
ser ni siquiera viejo, en plena niñez, entre soy y deseo.
No se si me queda esperanza, no se si me
queda tiempo, no se ni siquiera si sabes que sin vivir poco a poco me muero,
anhelando la vida que tu distancia me niega, suspendido en el tiempo y sin saber detenerlo.
Tal vez te lleguen mis palabras, tal vez
escuches mis anhelos, tal vez interpretes que te amo y en el error se escape
tanto tiempo que lo siguiente que sepas es que mi niñez ha muerto.
¿Entenderás entonces, finalmente, que no
es tu amor lo que pretendo?¿Que el amor es solo sentimiento y yo te estoy
pidiendo tiempo?
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