sábado, 8 de septiembre de 2012

Poeta Delegado (03-2012)


Invocado el poema no acude, solo unas torpes, deslavazadas, incongruentes palabras a las que ni siquiera soy capaz de encontrarles intención o ligazón alguna.
Ya alguna vez se ha comentado que los poemas son entes vivos que se capturan al descuido, aunque ese descuido este tejido con trabajo. Y si son entes vivos tal como parece ¿cómo habrían de poderse invocar como a los muertos?, ¿cómo escribir, como yo ahora estoy haciendo, con una suerte de ouija que quiera acceder a su universo?
Quedo pues a la espera de que el dictado fresco, vivaz, fluido, inspirado, que denota la visita insospechada de un poema haga de mi mano la mano de un poeta, y mientras tanto trabajo, invoco, desespero, y en los mejores momentos imagino un cuento.

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