sábado, 8 de septiembre de 2012
La Senda del Anhelo (05-2012)
Cuando las lentes que en mis ojos fijan el paisaje, las figuras, las formas todas vivas o minerales, se conforman con las gotas de lluvia –líquidos cristales que generan y amamantan alianzas celestiales-, esas gotas que necesitado salí a buscar de monte en monte, de río en río, caminante en busca de cielos generosos que me abonen con su propia sangre previamente evaporada de los flujos y los mares, los colores percibidos tienen su esencia a la vista, las formas el halo que su carácter humedecido por el obsequio derramado les imprime y mi alma la sensación plena de un éxtasis visual y visionario, de una comunión improrrogable con la naturaleza que los contiene y las abarca. Pasarán diez minutos de delectación y calma y la añoranza me obligará a ponerme de nuevo en marcha, caminante una vez más siguiendo la senda del anhelo.
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