domingo, 2 de septiembre de 2012

Transcurrir

La ultima vez que estuve el hielo crujía bajo mis pies. La última vez que podria ser, que era la primera. Que podría ser, que es ahora. El tiempo no sabe interpretar la temperatura. Entregado a mi sentido mas externo sentía, siento, la imperiosa necesidad de llevar  a mi alma hasta algun lado, pero el tiempo seguía, sigue, seguirá, sin estar de mi parte. Desesparado he lanzado, lanzaría, a mis pensamientos a reccorrer un camino con la esperanza de que mi alma, de que mi cuerpo, de que mis sentidos lo siguieran, pero tal vez la temperatura, tal vez la molicie, quizás el tiempo, no colaboraron en mi intento. Y aquí sigo, a la vuelta del insante eterno, pegado a ningún lugar concreto cubierto por el hielo. Sin otro devenir que el pensamiento ni mas  espacio que el tiempo.

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