Llevo tanto tiempo esperando, toda una vida apostado esperando sin saber que o cuando, sin saber si reconoceré lo que espero o si llegará a producirse, apostado, esperando, al acecho, cambiando de postura lo justo cada vez que el dolor de la inmovilidad me hace imposible mantenerme quieto, con la duda de si ese cambio, imperceptible las más de las veces, hará que al cambiar mi postura cambie mi enfoque y sea incapaz de reconocer lo que espero, incapaz de saber que espero, incapaz de saber si espero o simplemente acomodo mi existencia a una espera sin esperanza, incapaz de saber si espero ciegamente o desespero sin motivo. Incapaz al fin de saber si la espera es el objetivo de mi vida o el objetivo de mi vida es lo que espero.
Y en esa duda permanente persisto en mi esperanza de descubrir un objetivo, desconfiando a veces de que el objetivo real sea esa esperanza, ese permanente acecho, esa búsqueda sin objetivo cierto que se convierte finamente en objetivo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario