domingo, 2 de septiembre de 2012

Coherencia

Te lo dije ayer. Te lo diré mañana. Puede que sean distintas las palabras, el tono, los gestos,  pero será igual el fondo de mi alma, los mismos los sentimientos que las carguen en mi boca. No importa el tiempo que pase. Intrascendentes las circunstancias. Lo que al final importa es la integridad de mi mensaje, la convicción que resguardada en la profundidad de lo moral me garantiza el reconocerme todas las mañanas y aceptarme, no sin una agria asunción de los errores cometidos desnudos de justificaciones, todas las noches. Espera si no te gusta mi voz a que el tiempo la cambie, espera si no te gusta mi expresión a que la edad la varíe, espera si mis palabras te resultan bruscas a que aprenda algunas nuevas, pero si tu disgusto es más profundo, si es mi mensaje el que te aleja de mi, vete en paz por el resto de nuestras vidas.

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