Si
ha de sonar el disparo,
el
disparo justiciero,
primero
que tapen mis ojos,
que
hagan mis manos manojos,
después
que suene que espero.
Y
que mane del mar muerto el río rojo
regando
con sus aguas mi despojo.
Si
ha de apretar la cadena,
la
cadena vengadora,
que
apriete ahora, que apriete,
que
ciña a mi cuerpo la muerte,
que
elija en su abrazo esta hora.
Y
despué de que brote mi sangre
que
sacien con ella su sed y su hambre.
Si
he de sufrir la justicia,
la
justicia exterminante,
que
no alarguen el momento,
que
siento faltarme el aliento
esperando
a ese instante.
Y
una vez ejecutada su venganza,
que
encuentren en mi muerte su esperanza.
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