miércoles, 16 de octubre de 2013

La Madeja

He visto clarear en estos tiempos la madeja vital que desenreda la vida de mi padre, tal vez no de forma definitiva, pero empieza a adivinarse ese núcleo mortal en la que se ovilla, en la que yace atrapado el extremo último del hilo. De ese ovillo que nos entregan cuando nacemos sin decirnos que grosor tiene, cuanto es hilo, cuando es muerte.
Aún el hilo solo descubre hilo cuando vuelta tras vuelta se desenreda pero es inevitable mirar con zozobra su merma, contemplar con tus ojos, en los suyos, la ansiedad que cada día nos enseña a mirar de reojo al nuestro, a sopesarlo, a, de mentira, con miedo, penetrar en sus entrañas y medirlo.
He visto clarear día a día últimamente la madeja vital que desenreda la vida de mi padre viendo que, al igual que su memoria, se deshilacha, se vuelve endeble y quebradiza. Cada día, cada vuelta, cada hora, cada línea, parece amenazar con desvelar lo que los ojos niegan apretándose convulsivamente, con rabia, con miedo, con rebeldía, pero llegado el momento los párpados no garantizan la ceguera.

Veo clarear por momentos la madeja vital que se agota con la vida de mi padre y la ternura que mi propia endeblez me procura necesito volcarla en su ansia de ser feliz allá donde su mente mora, en los remotos días de un pasado que recupera y busca a su alrededor con avaricia, con necesidad, con ansia de consuelo de un presente que lo niega, de un futuro con su ausencia.


Madrid, 16-10-2013

lunes, 26 de agosto de 2013

Hombre y Gaviota

La vi pasar bajo mi atalaya, más leve que el aire, volando sin apenas agitar las alas, jinete del aire recreado, encandilado, dominado. Tal era su pericia que su envidiable facilidad incitó a mi mente a intentar el salto y a horcajadas, aposentado sobre su lomo plumoso, volar mis fantasías como jinetes de novelas leídas, como caballero de monturas mitológicas, como Ícaro de alas prestadas cerniendo el paisaje.
Las fantasías nunca se limitan y soberbia la mía en ese instante, en un más difícil todavía, realizó un segundo salto aún más imposible, zambulléndose mi  mente ebria de sensaciones en la suya, haciéndose ambas al momento idénticas, simbióticas. Y me vi, me sentí, gaviota volando bajo la ventana de aquel embobado ser que me contemplaba arrobado, vagamente familiar su figura, apenas reconocible desde mis alturas que claramente anhelaba.
Con una picuda sonrisa, no cómplice ni desdeñosa, varié la posición de mis alas y me dejé caer a velocidad creciente hacia un cada vez más próximo mar. Planeé apenas el tiempo necesario para atisbar una sombra veloz y plateada que anunciaba la presencia del sustento. Me dejé caer poniendo todo mi peso en el empeño, el pico al frente, las alas recogidas. El aire a mi alrededor apenas lograba retenerme y la sensación del aire hendido por mi cuerpo me hizo aullar íntimamente de júbilo incontenible. Luego el agua, fría, densa, y de nuevo el aire. La captura intentando zafarse de mi pico fue solo el premio material que acompañaba a la alegría feroz de cazador satisfecho.
Remonté el vuelo una, dos, tres veces, anticipando el festín que debía de defender de las otras que me rodeaban.

La perdí de vista al alzarse del agua perseguida por otras menos afortunadas. Giró en el aire, se elevó una, dos, tres veces y se ocultó en su vuelo tras la fachada de una casa cercana. Me alejé de la ventana agotada tras la pesca. 

viernes, 2 de agosto de 2013

Es Galicia

Es Galicia, soy gallego. Otro año más, es otro intento, traspaso las fronteras que llevo dentro invirtiendo los caminos que recorrí de pequeño. Otra vez más, y ya no las cuento, regreso a mi íntimo hogar en busca de mi alma, de la fuente de la eterna pertenencia y del bálsamo de mis ancestrales recuerdos.

Es Galicia, está lloviendo.  Como líquido amniótico que cayera desde el cielo y quisiera facilitar, marcar, acompañar una vez más a mi renacimiento. Como un umbral líquido que  traspasar para encontrarme de nuevo dentro, otra vez limpio, otro año más dispuesto a poner mi alma a cero.


Es Galicia y yo he vuelto, como ave migratoria, estacional, como gallego.

jueves, 25 de julio de 2013

Mens Sana In Corpore Insepulto

Tampoco sé de qué órgano vital brotan las ideas, las palabras que las expresan. Que impulso inabarcable, impetuoso, irreductible, hace que se agolpen el borde mismo de mi mente consciente y se precipiten, incluso violentamente, hasta quedar reventadas en caracteres significativos sobre un plano que las abarca y vuelve reconocibles. No son las manos, no, que aunque las plasman y conforman no las crean. No es el cerebro, tampoco, que las depura y modela en un juego estético, pero no las siente. Ni es el alma, no es, que aunque aporta la materia prima, la luz, el sentimiento, no es capaz de darles forma ni concebirlas.
No sé de qué extraño órgano interno, intermediario entre el alma y el cerebro, brotan las ideas, las palabras. No sé en qué recóndito e inaccesible lugar lo inconcebible revierte en expresable. Pero me duele, siempre me duele. Unas veces es la alegría, otras el lamento y otras, muchas, el miedo. El terror de observar que en ocasiones las palabras no se expresan, se diluyen, se trastocan y entonces las ideas mueren.


A Juan Pablo Laorga Roberto (JP), in memoriam

domingo, 21 de julio de 2013

Hoy, Ahora, Contigo

La muerte es solo un instante, un umbral, una esperanza. No se puede hacer del miedo el tamiz de todas las vivencias, no se puede ser feliz con la permanente presencia del mañana incierto. Hay que enfrentarse al instante sin secuelas, a la vivencia con la inconsciencia de quien no ha tenido ni tendrá otras vivencias, al momento con la insaciable sed de quien apura hasta el fondo el recipiente de lo cotidiano. Sin tiempo para pensar, sin necesidad de anticipar, sin ánimo de comparar ni recordar aquello que por ya sido, por porvenir incierto, pueda manchar irremediablemente lo único cierto, hoy, ahora, contigo.


Piedrabuena, en casa de Juanjo, 21-07-2013

viernes, 5 de julio de 2013

Paseando con Mi Padre

Paseando con mi padre, motor en su silla de ruedas, se me vino el tiempo,  inopinadamente, trastocado, revuelto, solapado, como solo el mismo tiempo sabe hacerlo, y en un instante, en un siglo, en un revuelo, fui  yo mismo paseándolo, fui yo mismo paseando a mi hijo en su silla, de pequeño, fui mi hijo paseándome en algún tiempo futuro, fui mi padre empujando un cochecito conmigo dentro en algún tiempo pretérito. Y sin llegar a aprehenderlo, sin llegar ni siquiera a fijar algún recuerdo el tiempo volvió a su línea y mi padre y yo –tal vez mi hijo también- seguimos con nuestros paseos, cada uno en su tiempo, cada uno en su puesto.

martes, 4 de junio de 2013

Recuerda

Recuerda, en la pronunciación de la r se contenía toda la rabia del mensaje. Recuerda, parecía más un gesto, una acción intimidatoria, que una simple palabra. Inténtalo, parecía pasar de la agresión a la súplica, de la desesperación a la desesperanza. Pero el recuerdo no acudía, perdido en nebulosas de ensoñaciones, en personajes cuya ausencia suplantaba la presencia de los que tenía al lado, seguía aferrado a la irrealidad que irradiaba hacia la realidad ajena, hacia la necesidad cotidiana que el ya no sentía de aferrarse a la realidad compartida. Recuerda, la r ya vibraba mucho menos, apenas, haciéndose eco de la lejanía insuperable que hacía que la palabra no fuera más que un sonido, un deseo inasequible de cercanía y reconocimiento. 

Madrid, 05/06/2013

domingo, 2 de junio de 2013

Anochecer o Sino

Con pereza las horas van borrando el sendero
y las sombras que acechan van ganado el terreno.
Anhelante de sueño dejo atrás los luceros
que la noche golosa va tiñendo de negro.

Ya las sombras son negras, las vivencias sueños,
los parpados pesan, los ojos me pican, me llama Morfeo
que me invita a su reino.
Fantasía, zalamera, me envuelve en sus velos.

La nada me reclama, me acuna, me acuesta en el lecho,
y yo rendido, sin fuerzas, me abandono y duermo.
Mañana, si existe, si existo, si es que alcanzo a verlo,
empezaré de nuevo, desgranando las horas, de nuevo.


Camino al Café Comercial, 28-05-2013

Gesto Esencial (1972)

Que quieres amar...
frota el índice y el pulgar

Si quieres soñar...
frota el indice y el pulgar

Si quieres reinar...
frota el índice y el pulgar

Si quieres reír...
frotándolos debes seguir.

Que mientras los estés frotando
si de ellos brota el metal
podrás seguir disfrutando.

Soledad (1976)

Que solos se quedan
los vivos ante el dolor,
que solos los bosquecillos
cuando calla el ruiseñor.

Que solos se ven los hombres
ante las camas vacías,
y si no tienen romeros
que solas las romerías.

Que solos los habitantes
de las ciudades erguidas,
cuanto más altas sus casas
mas solitarias sus vidas.

Que soledad tan marchita
en la última amapola
que ve marchitar a las demás
y ella se queda sola.

viernes, 31 de mayo de 2013

Evolución (1974)

Como un gusano que la piel muda
lo que hoy ni siquiera es duda
mañana se está dudando
Y en el tiempo que va pasando
Pasa la oruga
la mariposa se va formando
y la piel tersa se vuelve arruga.

jueves, 16 de mayo de 2013

Atardecer

(Versión libre sobre un poema de Rilke, 1978)

Lentamente va la tarde mudando sus tonos,
amparado el desnudo de arboles viejos
y observando se alejan las tierras;
una que asciende y otra se viene.

Y te dejan sin que te unas a nadie.
no tan oscuro como la casa en silencio,
no tan seguro, desafiando lo eterno
como quien noche tras noche se inflama y expande.

Y dejando de lado, extraña y pesada,
tu vida angustiada, enorme y madura,
alguna vez comprensible, las más limitada,
una vez eres piedra y otras la luna.




jueves, 2 de mayo de 2013

Arenga


Recuperar la sonrisa a marchas forzadas cuando las lágrimas asomando a su atalaya amenazan con precipitarse y anegar en cascada tu ánimo ya dubitativo.  Estirar, con saña si es preciso, a su pesar si se resiste, la comisura de los labios incurriendo en el desgarro si a ello hubiera lugar, dejando que los ojos, cómplices o tan solo observadores, del desatino, se acomoden aunque sea obligadamente al gesto y sincronizando los nervios faciales al efecto pretendido  hasta que tu intención llegue al origen neuronal mismo que los maneja. Secándolas sin piedad o trastocándolas en llanto de dolor, en mensaje de determinación, de firmeza, hasta que el rictus devenga en gesto percibido por el cerebro y lo asuma y lo devuelva como natural, sin forzamientos, acatando tu determinación. Sin ceder ni un palmo ni descuidar la guardia para que las traicioneras lágrimas, mensajeros del desánimo y las cuitas, enviados del mundo circundante, no logren el objetivo de transformarte en un valle en el que discurrir sin obstáculos ni límites. Ser feliz es un objetivo, lograrlo tu trabajo cotidiano.

¿Donde Estoy?


¿Dónde estoy? Me pregunto una vez más contemplando un paisaje que me resulta ajeno, ¿Dónde estoy? Mis ojos, todos mis sentidos buscan con premura referencias, posibles lugares que reconocidos me permitan situarme. ¿Dónde estoy? Según transcurre el tiempo la curiosidad se va haciendo urgencia, la premura histeria, la contemplación necesidad, sin lograr el más mínimo atisbo de reconocimiento.  Empiezo la letanía, el gemido previo al llanto y a la desesperación.  Pero, ¿dónde estoy? Tal vez me haya asomado a los ojos de otro ser que habría reconocido el paisaje. 
¿Dónde estoy? Un leve velo, una bruma, un hálito suspendido ante mi parece empezar a retirarse.  Sigo sin reconocer lo que mis ojos quieren revelarme pero reconozco el momento, la sensación, el significado. ¿Dónde estoy? De nuevo en un comienzo.

jueves, 28 de marzo de 2013

Palabras Perseguidas


Creí percibir en un momento que tenía palabras pendientes y aplicado me dispuse a escucharlas, a escucharme, a escuchar a otros hasta que se hicieran claras y plasmarlas.
Desde entonces he perseguido a esas palabras largo tiempo.
He perseguido a esas palabras con ahínco, con interés, con ansia.
Con tanto ahínco, con tanto interés, con tanta ansia como ellas han puesto en esquivarme.
No me rendiré en tanto el tiempo siga presente en mi vida cotidiana. Si existen y consigo escucharlas, en mi mente, en vuestra voz o en el eco del viento podré al fin reflejarlas.

domingo, 24 de marzo de 2013

Yendo

Estuve yendo todo el día y el horizonte se mostró inalcanzable, tras él la noche seguía siendo imperceptible tal como se mostraba cuando inicié el camino. Los pasos se suceden en secuencia más allá de la consciencia, de la motivación, de un objetivo.  Hace ya tiempo que olvidé que impulso me llevó a dar el primero, el segundo, todos los otros pasos.
Tal vez en este mundo el camino es tan pequeño que solo tiene un horizonte, un paso, una perspectiva. Tal vez me falten referencias, o simplemente me fallen las miradas.

martes, 5 de marzo de 2013

Simbiosis Vital


Es tanto el tiempo compartido,
Tantos los momentos transcurridos,
A tu lado,
Los caminos recorridos
Junto a ti, junto a tu cuerpo,
Sobre él,
En tu piel.
Es tanta la costumbre de encontrarte,
De conocer de antemano tus palabras,
De ignorar, por sorprenderme,
Tus gestos y ademanes.
Compañeros de vida, de esperanzas.
Es tanto, compañera,  conocerte,
Tanto verte, siempre a mi lado
Que si en algún momento al mirarte
Tu presencia fuera ausencia
Me sentiría más que solo,  amputado.

La Canción Más Pensada

Levemente escuchada, tal vez soñada,
la canción más pensada,
ni creada ni cantada,
runrún de brisa acunada,
musitada y olvidada
sin llegarse a concretar.

Flores Para el Mal


Fueron flores, si que lo fueron,
De amargos olores,
De infectos sabores,
De aromas canallas
Y fecal paladar.
Flores nacidas en ruinas morales,
Fermentadas en capullos arrabales,
Criadas sobre un lodazal
De cunetas, de trincheras,
De urbanos eriales y desiertos humanos,
Alimentadas con sangre, con carne necrótica,
Tirada de cualquier manera
Tirada en cualquier lugar.

Fueron flores, si que lo fueron.
Nacidas sobre la muerte
Entre coronas infames
Con vocación de ultratumba
Que gusanos fagócidas trabajan sin parar
Fantasmales,
Carroñeros,
Jardineros del pesar.

Fueron flores, si que lo fueron.
Vida sobre la muerte
Muerte del que no tuvo suerte
Suerte de nacer ya muerto
O en otro momento
O en otro lugar.

Fueron flores, si que lo fueron
Presentes que pretendieron
Encubrir al asesino
Burlarse tal vez del muerto
Aliviar al encubierto
Y embellecer el mal.

Fueron flores, si que lo fueron.
Podredumbre de colores.
Muerte de carnaval. 

domingo, 27 de enero de 2013

Realidades


Me encontré con la plena sensación de llegar a la realidad, tal como había hecho al sumirme en el sueño, tal como hice cuando el termómetro predeterminaba el universo en el que habría de moverme.

¿Cuántas realidades podría manejar sin extrañar en cada una de ellas las otras que dejaba atrás? Solo una parecía tener una continuidad, pero esa era aquella en la que me encontraba. ¿Acaso cuando estaba en las otras no tenía la misma sensación de retomar lo cotidiano?

Mi mundo oscilaba sin que mi voluntad contara para nada ante el implacable reclamo de la fiebre o de la noche, fiebre tras fiebre, noche tras noche. Viajero interior sin posibilidad de elegir destino, ni momento.