jueves, 26 de junio de 2014

El Adiós

Se construyó la tumba del adiós sin yo quererlo, y estuve mirando como se hacía, queriendo pararlo con mis palabras que se perdían, entre palabras sordas, entre palabras tibias, entre silencios cómplices. Y una vez acabada la tumba me encerré con el placer intacto de mantener mi razón y mis razones, de escuchar mi voz y mi silencio, sintiendo su alivio al verme dentro.

Festejan unos, otros se lamentan sin haber puesto remedio, los más callan y miran a otro lado, el verme solo y enterrado. Enterrado si pero no muerto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario