Como un gusano que la piel muda
lo que hoy ni siquiera es duda
mañana se está dudando
Y en el tiempo que va pasando
Pasa la oruga
la mariposa se va formando
y la piel tersa se vuelve arruga.
viernes, 31 de mayo de 2013
jueves, 16 de mayo de 2013
Atardecer
(Versión libre sobre un poema de Rilke, 1978)
Lentamente va la tarde mudando sus tonos,
amparado el desnudo de arboles viejos
y observando se alejan las tierras;
una que asciende y otra se viene.
Y te dejan sin que te unas a nadie.
no tan oscuro como la casa en silencio,
no tan seguro, desafiando lo eterno
como quien noche tras noche se inflama y expande.
Y dejando de lado, extraña y pesada,
tu vida angustiada, enorme y madura,
alguna vez comprensible, las más limitada,
una vez eres piedra y otras la luna.
Lentamente va la tarde mudando sus tonos,
amparado el desnudo de arboles viejos
y observando se alejan las tierras;
una que asciende y otra se viene.
Y te dejan sin que te unas a nadie.
no tan oscuro como la casa en silencio,
no tan seguro, desafiando lo eterno
como quien noche tras noche se inflama y expande.
Y dejando de lado, extraña y pesada,
tu vida angustiada, enorme y madura,
alguna vez comprensible, las más limitada,
una vez eres piedra y otras la luna.
jueves, 2 de mayo de 2013
Arenga
Recuperar la sonrisa a marchas forzadas cuando las lágrimas
asomando a su atalaya amenazan con precipitarse y anegar en cascada tu ánimo ya
dubitativo. Estirar, con saña si es
preciso, a su pesar si se resiste, la comisura de los labios incurriendo en el desgarro
si a ello hubiera lugar, dejando que los ojos, cómplices o tan solo
observadores, del desatino, se acomoden aunque sea obligadamente al gesto y
sincronizando los nervios faciales al efecto pretendido hasta que tu intención llegue al origen neuronal
mismo que los maneja. Secándolas sin piedad o trastocándolas en llanto de
dolor, en mensaje de determinación, de firmeza, hasta que el rictus devenga en
gesto percibido por el cerebro y lo asuma y lo devuelva como natural, sin
forzamientos, acatando tu determinación. Sin ceder ni un palmo ni descuidar la
guardia para que las traicioneras lágrimas, mensajeros del desánimo y las
cuitas, enviados del mundo circundante, no logren el objetivo de transformarte
en un valle en el que discurrir sin obstáculos ni límites. Ser feliz es un
objetivo, lograrlo tu trabajo cotidiano.
¿Donde Estoy?
¿Dónde estoy? Me pregunto una vez más contemplando un
paisaje que me resulta ajeno, ¿Dónde estoy? Mis ojos, todos mis sentidos buscan
con premura referencias, posibles lugares que reconocidos me permitan situarme.
¿Dónde estoy? Según transcurre el tiempo la curiosidad se va haciendo urgencia,
la premura histeria, la contemplación necesidad, sin lograr el más mínimo
atisbo de reconocimiento. Empiezo la
letanía, el gemido previo al llanto y a la desesperación. Pero, ¿dónde estoy? Tal vez me haya asomado a
los ojos de otro ser que habría reconocido el paisaje.
¿Dónde estoy? Un leve velo, una bruma, un hálito suspendido
ante mi parece empezar a retirarse. Sigo
sin reconocer lo que mis ojos quieren revelarme pero reconozco el momento, la
sensación, el significado. ¿Dónde estoy? De nuevo en un comienzo.
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