viernes, 31 de mayo de 2013

Evolución (1974)

Como un gusano que la piel muda
lo que hoy ni siquiera es duda
mañana se está dudando
Y en el tiempo que va pasando
Pasa la oruga
la mariposa se va formando
y la piel tersa se vuelve arruga.

jueves, 16 de mayo de 2013

Atardecer

(Versión libre sobre un poema de Rilke, 1978)

Lentamente va la tarde mudando sus tonos,
amparado el desnudo de arboles viejos
y observando se alejan las tierras;
una que asciende y otra se viene.

Y te dejan sin que te unas a nadie.
no tan oscuro como la casa en silencio,
no tan seguro, desafiando lo eterno
como quien noche tras noche se inflama y expande.

Y dejando de lado, extraña y pesada,
tu vida angustiada, enorme y madura,
alguna vez comprensible, las más limitada,
una vez eres piedra y otras la luna.




jueves, 2 de mayo de 2013

Arenga


Recuperar la sonrisa a marchas forzadas cuando las lágrimas asomando a su atalaya amenazan con precipitarse y anegar en cascada tu ánimo ya dubitativo.  Estirar, con saña si es preciso, a su pesar si se resiste, la comisura de los labios incurriendo en el desgarro si a ello hubiera lugar, dejando que los ojos, cómplices o tan solo observadores, del desatino, se acomoden aunque sea obligadamente al gesto y sincronizando los nervios faciales al efecto pretendido  hasta que tu intención llegue al origen neuronal mismo que los maneja. Secándolas sin piedad o trastocándolas en llanto de dolor, en mensaje de determinación, de firmeza, hasta que el rictus devenga en gesto percibido por el cerebro y lo asuma y lo devuelva como natural, sin forzamientos, acatando tu determinación. Sin ceder ni un palmo ni descuidar la guardia para que las traicioneras lágrimas, mensajeros del desánimo y las cuitas, enviados del mundo circundante, no logren el objetivo de transformarte en un valle en el que discurrir sin obstáculos ni límites. Ser feliz es un objetivo, lograrlo tu trabajo cotidiano.

¿Donde Estoy?


¿Dónde estoy? Me pregunto una vez más contemplando un paisaje que me resulta ajeno, ¿Dónde estoy? Mis ojos, todos mis sentidos buscan con premura referencias, posibles lugares que reconocidos me permitan situarme. ¿Dónde estoy? Según transcurre el tiempo la curiosidad se va haciendo urgencia, la premura histeria, la contemplación necesidad, sin lograr el más mínimo atisbo de reconocimiento.  Empiezo la letanía, el gemido previo al llanto y a la desesperación.  Pero, ¿dónde estoy? Tal vez me haya asomado a los ojos de otro ser que habría reconocido el paisaje. 
¿Dónde estoy? Un leve velo, una bruma, un hálito suspendido ante mi parece empezar a retirarse.  Sigo sin reconocer lo que mis ojos quieren revelarme pero reconozco el momento, la sensación, el significado. ¿Dónde estoy? De nuevo en un comienzo.