miércoles, 16 de octubre de 2019

Los tiempos de mi tiempo


Eran tiempos extraños los tiempos en los que se confundía mi tiempo.
Eran tiempos de mudanzas sin movimiento, de ideas sin pensamiento, de avance hacia un pasado ya hollado varias veces.
Eran tiempos fáciles de vivir sin implicarte, sin reconocerlos, criticando sin construir, destruyendo sin justificar, de cólera sin motivo.
Dicen que el tiempo es lineal y solo avanza en un sentido, pero si fijas la mirada su camino es circular y siempre ves pasar estaciones conocidas, remozadas, aparentemente cambiadas. Siempre con las mismas paredes, con las mismas ventanas, con las mismas puertas ciegas que parecen haber dado paso a las mismas personas desangeladas, sin alma ni seso, que pueblan el paisaje con sus siluetas sin profundidad, sin trastienda.
Dicen que el tiempo todo lo cura, pero las heridas no dejan de sangrar antes de que vuelvan a ser abiertas, antes de que un arma parecida vuelva a ahondar la herida no curada, la llaga aún infectada, a arrancar la costra fresca, apenas recién formada.
Dicen que el tiempo es la distancia pero no parecemos alejarnos de un decorado permanente, permanentemente repetido, siempre el mismo paisaje tras una ventanilla blindada, un hueco por el que mirar sin asomarse, sin implicarse, sin compartir el aire exterior, ni sus aromas, ni sus hedores, climas o ambientes. Todo acaba oliendo a cerrado, a viejo, a caduco renovado superficialmente. Cerrado el interior en el que vivimos, cerrado el exterior al que pretendemos mantener alejado, que ignoramos en un esfuerzo desesperado por mantener nuestro entorno confortable.
Dicen que el tiempo es infinito, como infinitos son la inmovilidad y el círculo, como infinita es la esfera, e infinita es la eternidad que lo contiene. Tan infinito que no pasa, que no avanza, que no se mueve.
Eran tiempos extraños los tiempos en los que transcurría mi tiempo. Tiempos de mudanza para los que creen que hoy pronto será pasado, para los que siempre esperan que mañana sea distinto de ayer, para los que viviendo en la esperanza esperan a un hoy que sea puerta del mañana, a un mañana que nunca sea hoy, que nunca haya sido ayer, que nunca llega.
Tiempos extraños, ayer, hoy, mañana, que se solapan sin llegar a ser, en ningún instante, ninguno de ellos, y en su querer ser nunca pasan.