Eran tiempos extraños los tiempos
en los que se confundía mi tiempo.
Eran tiempos de mudanzas sin
movimiento, de ideas sin pensamiento, de avance hacia un pasado ya hollado
varias veces.
Eran tiempos fáciles de vivir sin
implicarte, sin reconocerlos, criticando sin construir, destruyendo sin
justificar, de cólera sin motivo.
Dicen que el tiempo es lineal y
solo avanza en un sentido, pero si fijas la mirada su camino es circular y
siempre ves pasar estaciones conocidas, remozadas, aparentemente cambiadas. Siempre
con las mismas paredes, con las mismas ventanas, con las mismas puertas ciegas
que parecen haber dado paso a las mismas personas desangeladas, sin alma ni
seso, que pueblan el paisaje con sus siluetas sin profundidad, sin trastienda.
Dicen que el tiempo todo lo cura,
pero las heridas no dejan de sangrar antes de que vuelvan a ser abiertas, antes
de que un arma parecida vuelva a ahondar la herida no curada, la llaga aún
infectada, a arrancar la costra fresca, apenas recién formada.
Dicen que el tiempo es la
distancia pero no parecemos alejarnos de un decorado permanente,
permanentemente repetido, siempre el mismo paisaje tras una ventanilla
blindada, un hueco por el que mirar sin asomarse, sin implicarse, sin compartir
el aire exterior, ni sus aromas, ni sus hedores, climas o ambientes. Todo acaba
oliendo a cerrado, a viejo, a caduco renovado superficialmente. Cerrado el
interior en el que vivimos, cerrado el exterior al que pretendemos mantener
alejado, que ignoramos en un esfuerzo desesperado por mantener nuestro entorno
confortable.
Dicen que el tiempo es infinito,
como infinitos son la inmovilidad y el círculo, como infinita es la esfera, e
infinita es la eternidad que lo contiene. Tan infinito que no pasa, que no
avanza, que no se mueve.
Eran tiempos extraños los tiempos
en los que transcurría mi tiempo. Tiempos de mudanza para los que creen que hoy
pronto será pasado, para los que siempre esperan que mañana sea distinto de
ayer, para los que viviendo en la esperanza esperan a un hoy que sea puerta del
mañana, a un mañana que nunca sea hoy, que nunca haya sido ayer, que nunca
llega.
Tiempos extraños, ayer, hoy,
mañana, que se solapan sin llegar a ser, en ningún instante, ninguno de ellos,
y en su querer ser nunca pasan.