Cuando el cansancio te invade no
importa cuanto sea el sueño, no importa el despertar que viene, solo existe el abandono sin darle tiempo al
recelo. ¿A quien le importa el futuro cuando el presente se trunca?, ¿a quien
reclamar esperanza si la vida la desmiente?, ¿Quién quiere prolongar su tiempo
cuando su cuerpo no quiere?
Solo un sueño. Corto, largo,
eterno. No importa el tiempo. Lo que
importa es el sueño. Importa el claustro vital que nos regenere y nos ponga en
camino de nuevo. Importan las fuerzas
integras y el tiempo gastado a cero.
Importa estar en camino con las fuerzas para hacerlo.
Al final lo importante es sentirse y disfrutar el
sentimiento. Lo importante es dormir cuando el sueño te llame, caminar cuando
sientas que puedas hacerlo. Vivir sin que sea un empeño, un desafío, un quiero
y no puedo, una rémora suplicante de un yo desarmado, agonizante, enfermo.